LO QUE ESCONDE BEGUR ENTRE SU CASTILLO Y ‘SU’ COSTA BRAVA

mplazado en la coqueta comarca del Baix Empordà, el pueblo de Begur, famoso por sus playas de sabor marinero y calas solitarias, propone combinar su patrimonio histórico con caminos de ronda que bordean su genuino litoral de la Costa Brava. Además, este enclave con encanto invita a disfrutar de propuestas culturales y actividades en plena naturaleza. Aunque por su tamaño Begur se puede visitar en un solo día, a la vez es un destino perfecto para permanecer más tiempo en verano disfrutando de sus playas y de excursiones por los alrededores, estas también atractivas a lo largo de todo el año.

LO QUE ESCONDE BEGUR ENTRE SU CASTILLO Y ‘SU’ COSTA BRAVA

https://costadoradaimmobilier.com/

ENTRE PLAYAS TRANQUILAS…

Begur disfruta en su litoral de calas de aguas cristalinas, una costa abrupta con pinares y miradores que se asoman al mar. El municipio engloba cerca de una decena de calas que preservan su fisonomía original, repartidas hacia el norte y el sur de la localidad. Sa Riera es la cala de mayor tamaño de Begur y la que aún mantiene su atmósfera de pueblo de pescadores, conviviendo con naturalidad con los visitantes y algún restaurante frente al mar. El nombre de esta playa proviene de un torrente que la divide en dos, creando a derecha e izquierda dos calitas hermanas: Port des Pi y Cala del Rei. Sa Tuna es otra de las joyas costeras de Begur y un enclave icónico de la Costa Brava.

Su pequeña cala de media luna se abre al abrigo de una antigua aldea marinera, hoy residencial, y con pinos en un anfiteatro de rocas. Cuenta con una caleta en el lado derecho, absolutamente intacta, a la que se llega por el sendero de S’Eixugador. Sa Tuna, por su ubicación resguardada y solo accesible por una carretera de curvas, siempre enamora cuando se entra en su minúsculo puerto. También está Aiguablava, un paraíso que ya fue codiciado en los inicios del turismo de la Costa Brava, allá por la década de los años 50. Esta escueta cala de solo 80 metros de largo, arena dorada y aguas poco profundas y de intenso color turquesa, ofrece la visión de un entorno paisajístico único. Queda cerca de Fornells, otro enclave imprescindible de la costa de Begur, con un pequeño puerto deportivo y la reconocible casa llamada El Paraíso que Bonaventura Sabater, un empresario y escritor nacido en 1862 en Palafrugell, conocido en la zona como Xiquet, se hizo construir en la playa de Ses Orats y donde, según la tradición, hace más de un siglo se le dio por vez primera a este litoral el nombre de Costa Brava. 

En el límite entre Begur y Pals, la pequeña Platja del Racó todavía mantiene su quietud. Ambos municipios están conectados por el camino de ronda, que pasa por esta cala que en un rincón tiene el reconocible islote de la Illa Roja; principalmente nudista, ahora es frecuentada por todo tipo de público. Resguardada bajo el Puig Rodó se halla Aiguafreda, que destaca por su calma y la calidad de sus aguas cristalinas. Con un pequeño muelle para amarrar las embarcaciones, se encaja entre la punta Des Plom y el cabo de Cap Sa Sal, ya frecuentado en los primeros años del turismo, y al que se llega por otro sendero marino pasando por miradores como el de S’Eixugador. 

Platja Fonda es una cala de bella localización y singular acceso, ya que para llegar a ella es preciso descender por una larga escalera de roca antes de sorprenderse ante este paraje de arena gruesa y oscura; con solo 160 metros de largo y escasos 25 metros de ancho, es una de las calas más tranquilas del litoral de Begur. Y por último, el ramillete de calas que rodean Fornells, de nuevo conectadas por caminos costeros: la estrecha n’Estasia, Ses Orats, la cala d’en Malaret, todas de nítidos fondos marinos, y más alejada, la playa del Puerto de Esclanyà, de guijarros, tanto sobre la arena como en el agua.

TEXTO PROPIEDAD: https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/que-esconde-begur-entre-su-castillo-y-su-costa-brava_18425